martes, 4 de mayo de 2010

«Pieza número cuatro del puzle que no podía ser un rompecabezas.»

Pequeños cortes, heridas superficiales que a la larga escuecen más que una profunda. Gotitas que encharcan el suelo y en medio milímetro sientes el agua salada al cuello. Y ese olor que se respira... Me resulta similar, huele como... a miedo, o a esperanza perdida, qué sé yo. 

Intentas escapar, deliras, pero la solución ya no es huir. No se trataba de eso. Había que apostar, era necesario jugar a ganar, y por no intentarlo, directamente se pierde. 

Tiemblas. Tus incipientes ganas van muriendo poquito a poco. ¿Por qué luchar? ¿Por qué desgarrarse en vano? Si ya no tiene sentido, si ya lo das todo por perdido. Pero siempre se está tiempo. Siempre y cuando no sea demasiado tarde, y tú no sabes cuándo es ese momento, mas siempre das por hecho que lo es. 

No ha llegado tu momento. No va a llegar si no lo buscas. 

"Quand le moment vient, faut sauter la barrière sans hésiter."

Regálame algún suspiro.