jueves, 4 de noviembre de 2010

«Parajes emocionales.»

A la sombra de las virtudes del árbol de los defectos, se cansó el pasajero de sentirse extraño en un camino al que conducía el mismo cielo cubierto de las mismas nubes de siempre. El canto de los pájaros se pierde en el ulular del viento igual que la incredulidad se disfraza de tímida sonrisa. Un vaivén desenfrenado recorre sus pies otra vez. 

No es primavera. Sólo queda escarcha agarrándose a las rodillas. No es primavera porque el calor del sol no es suficiente, porque no hay aroma floral que maquille los recuerdos. No hay más que mil razones mustias para dejar de caminar y transeúntes con ojos turbios que, para andar pisoteando ajenos juegos de palabras, prefieren no ser.

lunes, 6 de septiembre de 2010

«Coste de oportunidad.»

Entre el todo y la nada elegí tener nada. Elegí no ser quien podría haber sido, no modificar la parte cambiante. Mi pecado quizás sea querer ser algo que creí que no llegaría a ser jamás y haberme quedado a las puertas de conseguirlo.

Elegí rebañar un segundo plato de mi postre favorito con los ojos sin tener en cuenta que mi estómago no estaba vacío. Elegí morir al tiempo que vivo. Elegí mis actuales circunstancias, elegí mis consecuencias. 

Monté estratagemas de supervivencia para mis queridas confusiones, almohadones de impaciencia para unos pies sangrantes. Elegí la bofetada de no vencer, elegí ser vencida.

Si acaso elegí empezar una "nueva" vida no muy cerca de aquí, ahora hago mi misma vida muy cerca de dónde siempre he estado y muy lejos de mis últimas convicciones.

Hoy, la sangre me vuela, hervida, desde los pies a la cabeza. Tengo más claro que nunca lo que deseo y lo que he perdido. Igual que pienso que la salida está donde la busques, la entrada está donde la encuentres, y ya he fijado mis ojos en ella, por muy estrecha que sea. Elegí abrir una puerta que no quiero cerrar aunque la corriente me hiele. Entre el todo y la nada elijo arriesgarme, elijo tener mi todo.

miércoles, 25 de agosto de 2010

«Hace días que no conozco la palabra "Confianza".»

Hay una eternidad entre todo lo que quiero y lo que finalmente llegaré a conseguir, entre todos los senderos que tomo y el destino que algún día alcanzaré. Entre mi tacto y tu piel me parece que hay, hoy por hoy, todo un abismo.

La luz se apaga en mitad del camino y me siento desabrigada, ausente y sin cobijo. En la penumbra, hasta el recuerdo más bello se vuelve sombrío, y la única luz de esperanza que llega a palpitar conduce a la locura. Tener sed de ti y deshidratarme. Bañarse en el mar de los deseos no quita la suciedad que se queda por dentro, llena de roña que tapona los sentidos y suscita el descontento. No puedo ver, hablar, ni tan siquiera oír lo que pienso con claridad. Hasta escribir se hace eterno y desconfiado en esta oscuridad.

Tengo accidentes de inconsciencia cuando pienso, por costumbre, más de lo que es sano. He dormido por dormir, por dejar la mente en blanco y he llegado a sonreír y he llegado a sentir de mis sueños espanto. Mis manos notan que no ha quedado nada, sólo el sabor del beso de otro recuerdo borroso que me envenena y equivoca, y yo, esclava de las mentiras, sigo esperando sin hacer lo que me toca.

viernes, 13 de agosto de 2010

«Atrapa-sueños.»

Recordar la sonrisa del enfermo terminal es el hallazgo de los corazones débiles que no se atreven a memorarlo todo; mas engancharse a los recuerdos como a ese frasco de mercromina, que a la vez que cura heridas superficiales, recuerda por el color la contusión, no es más que pura debilidad.

Al mirar por la ventana pareciera como si el cielo volcara su ira sobre él apagando la tormenta... Siguen las mil colillas en el cenicero y no desisten nunca las ganas de fumar. No consigue enfrentarse a la realidad. Es ese niño con miedo a sentarse en la cama porque el monstruo que habita debajo de ella puede cogerle los pies. Y se cubre la cabeza con las sábanas cuando le invaden las ideas de crecer. 

Agarrar el denso frasco de la mentira es ya puro placer. Y luego sale a la calle con cuentagotas a esparcir las locuras que tiene ganas de cometer. Entonces vuelve a sentarse, en cualquier banco oxidado, el que menos le recuerde a él; tan sobrecogido como para no hablar, tan feliz como para morir. Saca de una maleta unas cuantas fotografías mientras ya tiene el eterno cigarillo adornando los labios. Se queda mirando fijamente una de ellas al azar y pasa la mano por el retrato a modo de caricia. En el dorso de éste, un escrito a modo de despedida:  «Enseñar los dientes no significa sonreír.» Hace una mueca, parece que es lo único que le hace reaccionar. Recoge todo y se levanta.  

El viento sonaba cortando papeles y eso no tapaba su rabia, que hacía el sonido del que quiere aprender a vivir y en el fondo sabe que no puede.


jueves, 22 de julio de 2010

«Imposibles.»

Camino despacio, pero firme. No han bastado los cambios bruscos, los giros inesperados y los no tan inesperados, para eclipsar a la razón, no del todo. 

Todos los bonitos parajes que hemos visitado durante estos pequeños pero intensos lapsos de tiempo no han dejado de existir por mucho que el viento nos aleje, haciéndonos dar grandes zancadas y nos abofetee inmediatamente después de terminar nuestro paseo. Debería correr embargada por el miedo  y no dejarme arrastrar por esa corriente de aire que tanto parece perjudicarme. Quizás parecería la reacción más sensata, pero no lo es. Debo caminar. Caminar despacio, pero firme. 

No sé si son mis ojos creo que son los tuyos los que hacen que todo lo demás se vuelva insignificante. Ahora, hasta lo más complicado se desenmaraña y sólo crece un único deseo dentro de mí que no estoy dispuesta a perder. Creo que acabo de comprender absolutamente todo.

Mi sonrisa se ensancha, debe ser que mi piel no conoce la barrera de lo imposible.

miércoles, 16 de junio de 2010

«Reproches.»

Sin rencores. Mientras tú me arrancas mechones de pelo crees que yo seguiré desgarrando mi garganta a gritos de te quiero. Luego te regalaré esas flores que tanto te agradan para que las pises junto con mi orgullo. Y estamos en paz. 
Te veré cantando y bailando como siempre nuestras canciones sin mirarme siquiera, hablando con todos como creí que sólo hacías conmigo; haciéndome inexistente, el eterno fantasma que te persigue sin decirte nada, que es incapaz de atraversarte, de causarte sensación alguna y sin embargo, al que fácilmente apuñalas. Tú sí que sabes cómo escandalizarte y librarte después de todos los prejuicios. Las sonrisas dulces te pagan todos los platos sucios. No me debes nada.
Eres agravio, tortura y muerte, como una droga, y mi adicción incurable. Y yo, quedo reducido a un montón de cenizas. No soy las calles por las que pasamos juntos; ni los versos de mediodía, ni los abrazos de media noche; ni tan siquiera un cuerpo desnudo sobre tu cama, ese motel de tantos y hogar de nadie. Pero ahora, cansada de tus juegos, te das cuenta de que ya no puedes seguir sabiéndome comprar con esos encantos que usas como si fuera dinero. No he sido ni soy ni una ínfima parte de ti y realmente me alegro. 
Hoy eres tú el fantasma detrás de mí al que no espero.

martes, 8 de junio de 2010

«Moribundo.»

Como recoger la mesa después del banquete, bailando con el festín en la tripa. Una calada de aire contaminado y palabras que, ya escritas, se marchitan sobre el papel. Café de ideas naúfragas asimilando el horizonte. La misma sensación amarga siempre pegada al paladar.
Es mentira lo que dicen, el corazón no se desinfecta con lejía.

martes, 1 de junio de 2010

«Libertad condicional.»

Parece que ya estamos en junio y lo que ha venido tan deprisa, igual o más rápido aún se irá. Pensé que iba a ser una fecha especial, pero lo cierto es que no me merezco que así sea. Tengo precisamente lo que me he buscado. Es lo justo, por lo que no puedo quejarme aunque quiera.
Es extraña la sensación, tenía un pacto que cumplir, unas ilusiones de las que hacerme cargo y se han quedado, como siempre, en nada. La cuestión es que quiero confiar en mí, convertir mi surrealidad en algo que pueda suceder; cuánto más poco probable sea, más encanto tiene verlo hecho realidad. Un reto personal...
Lo que no me gusta es que siempre quedan las palabras como rasgo casi imperceptible pero como huella imborrable de todo lo que has dejado pasar. ¿Es el fluir del tiempo el que nos coloca en nuestro correspondiente lugar?
Cuando todo acaba para los demás, para mí no ha hecho más que empezar. Estaré presa dentro de mi libertad, porque así tiene que ser, porque tengo que aprender a cerrar la puerta si no quiero que me roben y a quitar los dedos de la bisagra si no me los quiero aplastar. Y si esto es una lucha y hay que decidir entre morir o matar, en el peor de los casos prefiero morir matando.


And now that her dreams and all her life seems like so far away she have to run without a break. Run... Run... Run... Don't let it go, please! Fight. You really want it, don't you?

miércoles, 26 de mayo de 2010

«Mala persona.»

Verás, no puedo explicarlo pero, es cierto que noto cómo fluye, disfrazado de escalofrío, una extraña sensación de vergüenza por todo mi cuerpo.
No es que me arrepienta de mis pequeños momentos de felicidad, ni que los tristes la consuman, creo que se debe al congojo que a veces me viene de importarme verdaderamente lo que sucede en el mundo que no tenga que ver conmigo, pero que debiera hacer directa repercusión en mí. Lo ajeno, las realidades que yo veo que me duelen poco y en un período corto; y lo que siendo ajeno es cercano, mas esa cercanía es la lejanía de mis sentimientos hacia ellos. No, no me duele nada. Incluso disfruto de lo bien que me siento ignorándolo o centrándome en mí. A veces las uñas cuando se me parten de raíz me duelen más que lo que debería escocerme eso.
El egoísmo es ese traje negro de seda tan clásico, que tanto nos estiliza la figura y nos sienta tan bien. Lástima que usarlo en tantas reuniones no nos haga parecer aburridos y nos dé por cambiarnos de tela.

viernes, 7 de mayo de 2010

¡Ya sé por qué estornudo cuando miro directamente al sol!

Me he pasado toda mi vida (19 años, 236 meses, 1028 semanas, 7198 días, 172751 horas, 10365107 minutos, 621906605 segundos, 621906603435 milisegundos, como queráis verlo) preguntándome esto y riéndome cada vez que me pasa, y hoy, por fin me he acordado de buscarlo. Sabía que tenía que tener una explicación biológica xD

"El Reflejo de estornudo por luz brillante, también conocido como estornudo fótico, es un fenómeno en el cual las personas expuestas a la luz brillante responden involuntariamente con un estornudo.

Características:
Se ha sugerido que este fenómeno ocurre únicamente tras haberse adaptado a la oscuridad durante más de cinco minutos, aunque esto no ha sido probado y se han registrado casos contrarios entre personas con el reflejo. Este no es raro, lo padecen entre un sexto y un cuarto de los humanos, más comúnmente en personas de raza blanca que en otros grupos raciales. El rasgo se transmite genéticamente, con un 50% de posibilidades de herencia.

Causas:
La causa probable es una disfunción congénita en las señales nerviosas en el núcleo del nervio trigémino. El quinto nervio craneano, llamado nervio trigémino, aparenta ser el responsable de estos estornudos. Los investigadores sugieren que ciertas personas poseen una asociación entre este nervio y el nervio que transmite impulsos visuales al cerebro. La sobreestimulación del nervio óptico dispara el nervio trigémino provocando el reflejo de estornudo a la luz brillante. Otra teoría propone que las lágrimas filtradas hacia la nariz mediante el conducto nasolacrimal son una causa del reflejo. La velocidad del reflejo parece favorecer la primera teoría, ya que ocurre con demasiada velocidad como para permitir que las lágrimas sean producidas y drenadas hacia la nariz.

Riesgos:
El reflejo de estornudo fótico es considerado un factor de riesgo para pilotos de combate por lo que las personas que mantienen esta condición no pueden pilotar este tipo de aeronaves."


¡Ahora nunca podré aprender a pilotar! Ö
Te quiero Wikipedia. <3 Atchís!

martes, 4 de mayo de 2010

«Pieza número cuatro del puzle que no podía ser un rompecabezas.»

Pequeños cortes, heridas superficiales que a la larga escuecen más que una profunda. Gotitas que encharcan el suelo y en medio milímetro sientes el agua salada al cuello. Y ese olor que se respira... Me resulta similar, huele como... a miedo, o a esperanza perdida, qué sé yo. 

Intentas escapar, deliras, pero la solución ya no es huir. No se trataba de eso. Había que apostar, era necesario jugar a ganar, y por no intentarlo, directamente se pierde. 

Tiemblas. Tus incipientes ganas van muriendo poquito a poco. ¿Por qué luchar? ¿Por qué desgarrarse en vano? Si ya no tiene sentido, si ya lo das todo por perdido. Pero siempre se está tiempo. Siempre y cuando no sea demasiado tarde, y tú no sabes cuándo es ese momento, mas siempre das por hecho que lo es. 

No ha llegado tu momento. No va a llegar si no lo buscas. 

"Quand le moment vient, faut sauter la barrière sans hésiter."

domingo, 18 de abril de 2010

«Ya no soy yo.»

Ya no soy yo, la de antes. Cuando miro al espejo y me devuelve un reflejo me reconozco distinta pero sigo siendo yo, aunque ya no lo sea. El camino torcido, el círculo sin cerrar. Ya no soy yo, pero sí mi esencia. No soy lo cambiante, lo que se fue arrastrado con los golpes de viento. No soy las palabras susurradas que varían según se cuentan. No soy el vaivén de hojas secas en otoño, ni tan siquiera el sonido de las gotas de lluvia chocando contra el suelo. Ni esa canción que tantas veces canté imaginándome mi propio videoclip. Aunque no quiera, ya no soy yo esa de antes. Todos mis pasos, todas las letras de mis canciones se me han olvidado y sólo queda lo que soy ahora. Ya no soy yo aunque en el fondo siga siendo la misma.

jueves, 18 de febrero de 2010




No quiero pertenecer a tu corazón selectivo, ni tener tu piel de abrigo. Me da frío, me da vértigo tu desequilibrio y miedo de que se enrede con el mío.
No quiero que vengas con tus rosas cortadas para atarme hilos, ni cabalgar al anochecer trasladando tus palabras a la nada de tu todo. No puedo hacer nada que no quiera mientras veo que el cielo llora.

lunes, 25 de enero de 2010

«Crónica de un 23 de enero.»



No se puede saber cómo, cuándo ni dónde, o quizás si, pero hay días que despiertas y es como si tu cuerpo se congelase, como si tus ojos sólo quisieran observar imágenes borrosas de dentro o fuera de esa cabecita saturada de ideas que corretean de un lugar a otro, y nada más. Cuando empiezas a notar el hielo de la locura sobre los pies descalzos lamentas con fuerzas tener oídos y haber escuchado la voz que te hizo salir de la cama. La realidad que se ve nunca estuvo hecha para mí.


He sacado a pasear mi mente, quería que tomara el aire, o bueno, ni siquiera lo sé, pero parece que es lo que quería y, en fin, a la vuelta del paseo, el viento traicionero me trajo recuerdos de más.


El gran error humano que parece nunca estar dispuesto a cambiarse es el hecho de comprender el valor de las cosas cuando ya no se tienen. Es el gran pedrusco que nunca vemos hasta que nos encontramos la sangre emanando a borbotones por nuestra piel tras el golpe.


Al sentarte a observar, a pesar de lo borroso del cristal de incredulidad reflejo en mis ojos, se percibe claramente la codicia, el egoísmo, la envidia, la amargura, la mentira, la crítica, el rencor, la conveniencia, la astucia, la hipocresía, las segundas intenciones, el baile de etiquetas, el contrato social... Los títeres movidos y los titiriteros que mueven con las mismas historias que ya a nadie divierten.


Esas sonrisas y llantos no son más que emociones de quita y pon bastante predecibles, una sobreactuación que da demasiado el cante. El día que se aprenda a fingir sin que se vean las gomillas de las caretas o se noten el maquillaje y el disfraz, y se consiga que me lo crea, yo empezaré a aprender a quitarme el sombrero o a dejar que en las mil etiquetas me coloquen las gomillas cedidas de las viejas caretas.