Camino despacio, pero firme. No han bastado los cambios bruscos, los giros inesperados y los no tan inesperados, para eclipsar a la razón, no del todo.
No sé si son mis ojos — creo que son los tuyos — los que hacen que todo lo demás se vuelva insignificante. Ahora, hasta lo más complicado se desenmaraña y sólo crece un único deseo dentro de mí que no estoy dispuesta a perder. Creo que acabo de comprender absolutamente todo.
Mi sonrisa se ensancha, debe ser que mi piel no conoce la barrera de lo imposible.
Mi sonrisa se ensancha, debe ser que mi piel no conoce la barrera de lo imposible.